El paso de palio de La Aurora
El bordado en oro y el blanco se hacen protagonsitas en el altar itinerante de María Santisima de la Aurora. En algunos rincones del barrio del Albaicín llega a confundirse con las impecables fachadas de sus casas. El haz de luz que desprende el coqueto joyero sobre el que camina cada Jueves Santo la Virgen es el verdadero faro que la guía por las calles.
Los trabajos en orfebrería de este paso se deben en su mayoría a Juan Antonio Borrero y Francisco Fernández de Orfebrería Triana. El respiradero está dividido en distintos ámbitos por pilastras de perfiles, recortados con jarrones en su interior y flores. Ángeles alados también abundan en él. El frontal está presidido por la Virgen de las Angustias, patrona de Granada, que fue la primera imagen mariana coronada en nuestra ciudad el 20 de septiembre de 1913. En las hornacinas laterales no podían faltar San José y el Niño, y San Miguel, titular de la sede de la Cofradia y protector del Albaicín.
La peana sobre la que se sitúa María Santísima de la Aurora resalta por la decoración vegetal que presenta. En el centro figura el escudo de la hermandad. Sobre las esquinas achaflanadas delanteras se colocan dos ángeles corpóreos que llevan los símbolos pasionistas.
Todo este conjunto se alza gracias a doce varales exponentes de la filigrana. En las bases se encuentran las figuras de los doce apóstoles, y en los de las esquinas los cuatro evangelistas. Del resto de elementos de orfebrería cabe destacar las jarras y la candelería con los mismos motivos que las piezas anteriores. Esta última, la llevó a cabo el taller de Brihuega gracias a las donaciones de hermanos.
Este paso de palio es de los pocos que sobreviven en el Albaicín con trabajaderas. El llamador es un guiño a estar forma de llevar los pasos. Este representa a un costalero en actitud de levantar el paso con sus hombros. Antonio Santos lo ejecutó en la capital hispalense. Para los entendidos, no hay algo tan grande como ver un palio desde la trasera. El de la Virgen de la Aurora no lo es menos. Precisamente, desde esa perspectiva se pueden observar los candelabros de cola que alumbran el manto de la venerada imagen mariana. Un total de doce tallos retorcidos con guardabrisas rematados con coronas de plata completan el conjunto.
El techo y las caídas del palio, obra del sevillano José Ramón Paleteiro, están bordados en oro y sedas sobre damasco blanco. La malla de oro toma vigor en las caídas. En el frontal del palio aparece el escudo de la cofradía y en lugar opuesto tres granadas. Resulta imprescindible, de cara a la cita del próximo 8 de mayo, hacer hincapié en el Gloria. Éste reproduce la Coronación de la Virgen, una réplica de la pintura de Manuel López Vázquez que preside el Altar Mayor de San Miguel Bajo. Gracias a la magnífica labor de las camareras de la Aurora, los faldones del paso se hicieron realidad atendiendo, como no podía ser de otra forma, al diseño de Paleteiro.
El antiguo palio de la Aurora cuenta con una historia muy especial. Se confeccionó con los trajes de luces de Rafael Mariscal y Miguel Montenegro. El 21 de enero de 1957 en la iglesia de San José, el novillero Rafael Mariscal hizo ofrenda de un traje de luces a la Virgen. Se inició con el canto solemne de la salve en honor a la devota imagen y el propio novillero dejó junto a la Señora el atuendo donado. Seguidamente, recibió de la albaicinera hermandad el nombramiento de hermano mayor honorario. Con anterioridad, el 13 de enero de ese mismo año, el torero Miguel Montenegro también ofreció su traje de luces a la Virgen y con ambas donaciones se pudo realizar el bordado del techo de palio y de las caídas del mismo.
Coronación Canónica María Santísima de la Aurora
Granada, 8 de mayo de 2011
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