lunes, 2 de mayo de 2011

La Coronación de un barrio y de toda Granada (IV)



La imagen de la Virgen de la Aurora

María Santísima de la Aurora. Se trata de una dolorosa de vestir, de tamaño natural y autoría desconocida. El reciente examen realizado en su proceso de restauración durante 2010 ha deparado que la fecha de ejecución podría ubicarse entre finales del siglo XVII y comienzos del XVIII. La singularidad de la imagen se plasma en la policromía de la misma, mate y no brillante como era el uso de la imaginería barroca granadina de las citadas fechas. Con ello se pretendía dotar a esta representación de la Virgen de mayor naturalidad y realismo.

Presenta lágrimas terminadas en resina y no cristal. Muestra una actitud de entereza ante el dolor en detrimento del esquema arquetípico de mater dolorosa. Las lágrimas contenidas son el máximo exponente de esa descripción ya que de otra forma acabarían inundando su faz.

La original disposición de las cejas, que le imprimen una mayor expresividad, unida a la naturalidad de su policromía, antes mencionada, confieren a su rostro un sin par realismo, sobre todo en la precisa distancia que separa a la imagen del fiel, una vez subida en su paso de palio.

En varias ocasiones se ha sometido a restauración la Virgen de la Aurora. El imaginero Miguel Zúñiga la retocó en 1988. La última, el pasado 16 de mayo de 2010. Tras la celebración del Rosario de la Aurora, la imagen se marchaba para someterse a un proceso de restauración a cargo del granadino José Luis Aranzana. Tras cuatro meses de investigaciones, el 16 de septiembre se presenta la talla con su nueva impronta. Los trabajos han valido para establecer una cercanía de la obra con el círculo de los Mora. Hasta cinco repintes se encontraron en su rostro. La policromía subyacente que ha sido hallada en su restauración nos habla de maestría en su tratamiento, evidenciándose una encarnadura mucho más natural y elaborada. El rubor original de sus mejillas y órbitas oculares se ha integrado en el conjunto de una manera delicada, y el tono general de la tez es en general menos pálido.

En el apartado devocional, es indudable que el gesto de dignidad ante la adversidad dota a la Virgen de una tremenda fuerza y personalidad, creando un sentimiento especial entre sus devotos, que ven en Ella la regia estampa de María Madre, sobrepuesta y confiada en la Salvación de su Bendito Hijo, y cómo no, de toda la humanidad.

Coronación Canónica María Santísima de la Aurora
Granada, 8 de mayo de 2011

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