Pontifical de Coronación
DOMINGO III DE PASCUA
RITO DE ENTRADA
Monición de entrada
Seguimos celebrando con alegría el triunfo de Jesucristo sobre la muerte. La Vida del Resucitado nos sigue llegando por medio de las celebraciones pascuales, de forma especial, por la Eucaristía dominical. Hoy, en este tercer domingo de Pascua, Jesús Resucitado se hace presente en medio de nosotros. Sale al encuentro de los que como los discípulos de Emaús, hacemos camino guiados por la fe pero afrontando, también como ellos, preocupaciones que tienden a desmoralizarnos. Jesús nos abrirá a nosotros también el sentido de las Escrituras y nos partirá el pan, para que, reconociéndolo, podamos entrar en comunión con él y con el Padre por medio del Espíritu.
En el marco de esta Eucaristía dominical contemplamos de manera especial a la Santísima Virgen María como el fruto más hermoso de la Pascua. Ella está Coronada desde el día de su Asunción. Y nosotros nos unimos hoy a su gloria Coronando Canónicamente la imagen de María Santísima de la Aurora. El Albaicín, Granada y todo el pueblo cristiano nos felicitamos y alegramos en este momento.
María Santísima en su advocación de la Aurora del Albayzin nos bendiga a todos.
Música de órgano
Benedictus (Misa de la Coronación de Mozart)
Saludo inicial
Kyrie Eleison (Misa de la Coronación)
Gloria (Misa de la Coronación)
Oración colecta
Que tu pueblo, Señor, exulte siempre al verse renovado y rejuvenecido en el espíritu, y que la alegría de haber recobrado la adopción filial afiance su esperanza de resucitar gloriosamente. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
1ª LECTURA (Hch 2,14.22-28)
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 2,14.22-28.
El día de Pentecostés, se presentó Pedro con los once, levantó la voz y dirigió la palabra:
Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante vosotros realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocéis. Conforme al plan previsto y sancionado por Dios, os lo entregaron, y vosotros por mano de paganos, lo matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio, pues David dice:
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
exulta mi lengua
y mi carne descansa esperanzada.
exulta mi lengua
y mi carne descansa esperanzada.
Porque no me entregarás a la muerte
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me has enseñado el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia.
me saciarás de gozo en tu presencia.
SALMO RESPONSORIAL Sal 15 (16)
R/. Señor, me enseñarás el sendero de la vida.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; / yo digo al Señor: "Tú eres mi bien." / El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; / mi suerte esta en tu mano. R.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, / hasta de noche me instruye internamente. / Tengo siempre presente al Señor, / con él a mi derecha no vacilaré. R.
Por eso se me alegra el corazón, / se gozan mis entrañas, / y mi carne descansa serena. / Porque no me entregarás a la muerte, / ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.
Me enseñarás el sendero de la vida, / me saciarás de gozo en tu presencia, / de alegría perpetua a tu derecha R.
R/. Señor, me enseñarás el sendero de la vida.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; / yo digo al Señor: "Tú eres mi bien." / El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; / mi suerte esta en tu mano. R.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, / hasta de noche me instruye internamente. / Tengo siempre presente al Señor, / con él a mi derecha no vacilaré. R.
Por eso se me alegra el corazón, / se gozan mis entrañas, / y mi carne descansa serena. / Porque no me entregarás a la muerte, / ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.
Me enseñarás el sendero de la vida, / me saciarás de gozo en tu presencia, / de alegría perpetua a tu derecha R.
2ª LECTURA (1 Pe 1, 17-21)
SEGUNGA LECTURA
1Pedro 1,17-21
Os rescataron a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto
Queridos hermanos: Si llamáis Padre al que juzga a cada uno, según sus obras, sin parcialidad, tomad en serio vuestro proceder en esta vida. Ya sabéis con qué os rescataron de ese proceder inútil recibido de vuestros padres: no con bienes efímeros, con oro o plata, sino a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha, previsto antes de la creación del mundo y manifestado al final de los tiempos por nuestro bien. Por Cristo vosotros creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, y así habéis puesto en Dios vuestra fe y vuestra esperanza.
Palabra de Dios
EVANGELIO
Lucas 24,13-35
Lo reconocieron al partir el pan
Lectura del Santo Evangelio según san Lucas
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: "¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?" Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replico: "¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?" Él les pregunto: "¿Qué?" Ellos le contestaron: "Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron."
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?" Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.
Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída." Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. Ellos comentaron: "¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?" Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: "Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón." Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
1Pedro 1,17-21
Os rescataron a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto
Queridos hermanos: Si llamáis Padre al que juzga a cada uno, según sus obras, sin parcialidad, tomad en serio vuestro proceder en esta vida. Ya sabéis con qué os rescataron de ese proceder inútil recibido de vuestros padres: no con bienes efímeros, con oro o plata, sino a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha, previsto antes de la creación del mundo y manifestado al final de los tiempos por nuestro bien. Por Cristo vosotros creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, y así habéis puesto en Dios vuestra fe y vuestra esperanza.
Palabra de Dios
EVANGELIO
Lucas 24,13-35
Lo reconocieron al partir el pan
Lectura del Santo Evangelio según san Lucas
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: "¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?" Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replico: "¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?" Él les pregunto: "¿Qué?" Ellos le contestaron: "Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron."
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?" Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.
Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída." Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. Ellos comentaron: "¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?" Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: "Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón." Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Aleluya
Homilía
RITO DE LA CORONACIÓN
Terminada la homilía, se acerca la corona a los pies del presbiterio. Todos, se ponen en pie. El Sr. Arzobispo dice la oración de bendición.
Bendito eres, Señor, Dios del cielo y de la tierra,
que con tu misericordia y tu justicia
dispersas a los soberbios y enalteces a los humildes;
de este admirable designio de tu providencia
nos has dejado un ejemplo sublime
en el Verbo encarnado y en su Virgen Madre:
tu Hijo, que voluntariamente se rebajó hasta la muerte de cruz,
resplandece de gloria eterna y está sentado a tu derecha
como Rey de reyes y Señor de señores;
y la Virgen, que quiso llamarse tu esclava,
fue elegida Madre del Redentor
y verdadera Madre de los que viven,
y ahora, exaltada sobre los coros de los ángeles,
reina gloriosamente con su Hijo,
intercediendo por todos los hombres
como abogada de la gracia y Aurora del Mundo.
mira, Señor, benignamente a estos siervos tuyos
que, al ceñir con una corona visible
la imagen de la Madre de tu Hijo,
reconocen en tu Hijo al Rey del universo
e invocan como Reina a la Virgen María.
Haz que, siguiendo su ejemplo, te consagren su vida
y, cumpliendo la ley del amor,
se sirvan mutuamente con diligencia;
que se nieguen a sí mismos
y con entrega generosa ganen para ti a sus hermanos;
que, buscando la humildad en la tierra,
sean un día elevados a las alturas del cielo,
donde tu mismo pones sobre la cabeza de tus fieles
la corona de la vida.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Todos: Amén.
Aspersión de la Corona
Imposición de la corona a María Santísima de la Aurora.
Canto: Regina Caeli (mientras se ciñe la corona)
Regína caeli, laetáre, alleluia,
quia quem meruísti portáre, alleluia,
resurréxit sicut dixit, alleluia;
ora pro nobis Deun, alleluia.
Se inciensa la imagen de la bienaventurada Virgen María
Terminado el rito de la coronación canónica se proclama del Credo.
Oración de los fieles
- Por la Iglesia: para que anuncie a Cristo Resucitado hasta el confín de la tierra. Roguemos al Señor.
- Por aquellos que ejercen autoridad en el mundo; para que sus ojos se abran ante la grandeza del misterio de Dios, y actúen siempre guiados por la luz del Espíritu Santo. Roguemos al Señor.
- Por el mundo: para que acepte el mensaje Salvador de Jesucristo y así se construya la humanidad que Dios quiere. Roguemos al Señor.
- Por la Hermandad de la Aurora: para que se deje guiar por el ejemplo de la Santísima Virgen María y haga siempre lo que Cristo nos enseña. Roguemos al Señor.
- Por todas las Hermandades de Granada: para que a la luz del Evangelio entreguen sus vidas por nuestra ciudad. Roguemos al Señor.
- Por las familias: para que sean Iglesia doméstica donde la Palabra de Dios esté siempre uniendo en el amor. Roguemos al Señor.
- Por los pobres, los enfermos, los parados y los más necesitados del amor de Dios: para que lo encuentren en cada cristiano. Roguemos al Señor.
- Por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada: para que los jóvenes se abran a Dios y sirvan fielmente a todos sus hermanos. Roguemos al Señor.
- Por los que viven sin fe, los que caminan sin esperanza, decepcionados, como los dos de Emaús; para que el Señor Jesús camine junto a ellos, abra sus ojos y encienda sus corazones. Roguemos al Señor.
- Por nosotros, aquí reunidos; para que seamos capaces de reconocerle a Él en el prójimo, que camina a nuestro lado, en la Sagrada Escritura, y al partir el Pan, en la comida eucarística. Roguemos al Señor.
LITURGIA EUCARÍSTICA
Procesión de ofrendas
Oración sobre las ofrendas
Recibe, Señor, las ofrendas de tu Iglesia exultante de gozo; y pues en la resurrección de tu Hijo nos diste motivo de tanta alegría, concédenos participar también del gozo eterno. Por Jesucristo nuestro Señor.
Prefacio (II de Pascua)
Santo (Misa de la Coronación)
Plegaria Eucarística
Padrenuestro
Agnus Dei (Misa de la Coronación)
Comunión:
Para la distribución de la Sagrada comunión, los sacerdotes saldrán acompañados por acólitos portando ciriales que indicarán el lugar donde se está distribuyendo. Se ruega a todos los fieles que se acerquen al sacerdote más próximo a su sitio así como mantener el clima de oración y recogimiento propio de este momento.
Oración después de la comunión.
Mira, Señor, con bondad a tu pueblo y, ya que has querido renovarlo con estos sacramentos de vida eterna, concédele también la resurrección gloriosa. Por Jesucristo nuestro Señor.
Bendición Final
Salve Madre (Torres)
Coronación Canónica María Santísima de la Aurora
Granada, 8 de mayo de 2011
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